Los depósitos de combustible para barcos son componentes fundamentales para el suministro y almacenamiento seguro de gasolina o diésel a bordo. Están diseñados para resistir las condiciones extremas del entorno marino, asegurando que el combustible se almacene de manera eficiente y sin riesgo de fugas. Los depósitos de combustible pueden ser fijos o portátiles, dependiendo de las necesidades del barco. Los modelos fijos están integrados en la estructura del barco y tienen capacidad para almacenar grandes cantidades de combustible, mientras que los portátiles son más pequeños y se utilizan para abastecer barcos pequeños o como reservas adicionales. Además, estos depósitos suelen contar con sistemas de ventilación y protección contra sobrepresiones, evitando la acumulación de gases peligrosos. La seguridad es primordial, por lo que muchos de estos depósitos están fabricados con materiales resistentes a la corrosión, como plásticos reforzados o acero inoxidable, y se someten a pruebas rigurosas para cumplir con las normativas internacionales de seguridad. Un buen mantenimiento y una correcta gestión del combustible aseguran un funcionamiento óptimo del motor del barco y evitan posibles accidentes.